Por Frida sandoval
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28 de noviembre de 2025
Ser salvaje también es saber cuándo parar La sabiduría que vive en tu cuerpo Hay momentos en los que sientes fuego, expansión, ganas de comerte el mundo. Y otros en los que solo quieres silencio, té caliente y tu cama, no estás rota. Estás cíclica. Tu cuerpo no se mueve en línea recta: baila al ritmo de la luna; Cuando te fuerzas a rendir igual cada día — ayunos intensos, tinas de hielo, rutinas sin pausa —, tu cuerpo habla. Y sus mensajes no son castigos: son recordatorios de que mereces escucharte. Cuando el cuerpo pide pausa y no lo escuchas Vivimos en una cultura que aplaude la constancia lineal y castiga la pausa. Nos dicen que el ayuno “siempre funciona”, que “mientras más control, mejor”. Pero lo que empodera a un cuerpo masculino puede agotar al femenino. Cientos de mujeres llegan a consulta con cansancio, ciclos alterados, caída de cabello o síndrome premenstrual intenso, sin saber que el error no está en su fuerza de voluntad… sino en no honrar su naturaleza cíclica. Regresar al ritmo de la luna El libro Sano, Salvaje y Sabio nos invita a reconciliarnos con esa sabiduría biológica. Cada mes transitamos cuatro fases hormonales, reflejadas en los ciclos lunares. Cada fase tiene su energía, su propósito y sus límites: Menstruación (luna nueva) : Hormonas en su punto más bajo. Es momento de soltar, descansar y nutrirte. Evita ayunos largos; opta por caldos, infusiones de manzanilla o valeriana, hierro alimentario y magnesio. Fase folicular (luna creciente): El estrógeno sube y floreces. Energía alta, mente clara, más social. Aquí el ayuno corto puede ser tu aliado, junto con proteína, creatina y fuerza física. Ovulación (luna llena) : Pico de estrógeno y testosterona. Fase de fuego, deseo y acción. Ideal para entrenamientos retadores y proyectos nuevos. Fase lútea (luna menguante): El cuerpo se prepara para un posible embarazo. Predomina la progesterona; busca calma, introspección, carbohidratos de calidad (camote, avena, quinoa) y suplementos como magnesio y B6 para estabilizar tu ánimo. Vivir alineada a tu ciclo no es limitarte: es volver a tu ritmo natural Cuando la ciencia confirma la intuición femenina Camila Toledo, nutrióloga funcional en Bienesta Reforma, lo ve todos los días: mujeres que hacen ayunos prolongados en fase lútea y terminan inflamadas, irritables o con cólicos intensos. Cuando cambian el enfoque —caminar, dormir más, comer intuitivamente— los síntomas se transforman. También enseña cómo la microbiota intestinal regula los estrógenos: si no eliminamos bien, llegan la hinchazón, los cambios de humor y el “mid section” rebelde. Fermentos, crucíferos, semillas de linaza y calabaza, o un buen probiótico funcional, pueden marcar la diferencia.